con el fin de atajar o controlar un problema de salud, como una molestia gastrointestinal, una enfermedad cardiaca o una alergia. Pero
, y en principio, de la misma calidad. Hablamos con el veterinario Francisco Sánchez, vicesecretario del
. Y le preguntamos:
Ya no hay un
pienso para perros y otro para gatos. Basta con echar un vistazo al lineal del alimento para mascotas para descubrir que existen croquetas y latitas de comida húmeda para cada tipo de animal: para cachorros, mascotas esterilizadas, para los ya mayores, ancianos, para los más grandes y para los más pequeños. De hecho, dar de comer a nuestros peludos amigos se impone como un negocio al alza: uno de de cada dos hogares en España convive con una mascota, y ya nos gastamos
1.000 millones de euros al año en su alimentación, según los datos de la Asociación Española de Distribuidores de Productos de Animales de Compañía (Aedpac).
Las opciones para alimentar a perros y gatos no solo incluyen marcas generalistas, gamas medias, alimentos gourmet y paquetes con distintivos de alimentos
premium. También existen croquetas específicas para la mascota que está a régimen, para la que acaba de salir de una operación, para aquella que
sufre una alergia o para cuando padece un problema de salud concreto, como las piedras en el riñón. De hecho, estas
dietas para animales llamadas terapeúticas resultan cada vez más visibles en las estanterías del veterinario, y los expertos las prescriben cuando nuestros amigos de cuatro patas tienen un problema de salud.
Los doctores de animales recetan una dieta teraupética como parte del tratamiento de una enfermedad, "cuando el perro o gato tiene determinadas patologías, como un problema cardiaco o una enfermedad hepática, ya que están elaborados con una formulación específica para tratar la dolencia", explica Sánchez. Una puntualización que resulta importante, puesto que
estos alimentos pueden contener niveles de nutrientes inferiores -o, al contrario, superiores- a los que encuentras en un producto completo o balanceado recomendado para un animal sin este problema de salud.
Los hay cuya formulación está pensada para disolver los cálculos renales, en el caso de problemas de insuficiencia urinaria, o resolver problemas de cistitis, tan frecuentes en los gatos. Otros ayudan a controlar la
diabetes diagnosticada en la mascota: "en este caso, el alimento contendrá menor cantidad de glucosa, componente que ya genera en exceso el cuerpo del animal con esa patología, mientras que
aumentará su concentración de fibra", explica Sanz.
Y mientras que
los alimentos para mascotas con problemas cardiacos "reducen su contenido en sal", apunta el veterinario, otras dietas terapéuticas contienen un elevado porcentaje de ácidos grasos esenciales y antioxidantes "y resultan alimentos fáciles de digerir para ayudar a controlar la concentración de transaminasas" con el fin de tratar un problema hepático. Unas características que permiten al hígado trabajar menos.
Por eso, las dietas terapeúticas deben ser recomendadas por el médico perruno o gatuno, y este experto siempre debe supervisarlas durante todo el tratamiento de tu amigo.
¿Por qué cuestan tanto?
Un kilo de croquetas hipoalergénicas para perros con intolerancias a ciertos alimentos cuestan entre 8 y 10 euros; cerca del doble que la versión normal o no terapéutica (también llamada fisiológica). Esta situación se repite en el caso de los mininos: un kilo de bolitas para un
gato con problemas renales asciende a entre 9 y 10 kilos, y sube hasta los 12 en su versión húmeda: de nuevo casi el doble de lo que pagaríamos por la versión completa o normal de la misma marca.
Pero no son tanto los ingredientes lo que explican que los alimentos terapeúticos para mascotas sean más caros, sino "la ciencia que hace que la formulación del alimento resulte la adecuada", dice Sanz. Para entendernos: antes de sacar una dieta terapeútica que ayude a tratar una enfermedad renal, el alimento debe superar varios meses de pruebas durante los cuales mascotas con este problema son monitorizadas mientras que lo consumen, lo que supone
centenares de análisis de sangre, entre otras pruebas diagnósticas.
Lo mismo sucede cuando los veterinarios y fabricantes trabajan juntos en una formulación de alimento para tratar las piedras de riñón: el proceso implica recolectar y analizar una buena cantidad de urina de gatos y perros para
garantizar que la comida realmente ayuda a prevenir la creación de las los cristales o piedras.
Además, "estos alimentos contienen ingredientes, vitaminas y proteínas de alta calidad", por lo que el veterinario recomienda dejarse aconsejar por un experto y escoger siempre una alimentación de alta calidad para nuestros amigos de cuatro patas.